¡Dios los bendiga! |
El término variedad es una forma neutral de referirse a las diferenciaslingüísticas entre los hablantes de un mismo idioma.
Elaborado por: Lina Cornejo y Luiviana Juárez
Introducción
El
proceso comunicativo de los seres humanos ha sido tema de estudios recurrentes
y de debates a través de la historia, aportando en cada periodo nuevas aristas
para tratar de comprender este hecho significativo que forma parte de uno de
los ejes dinámicos de la estructura sociolingüística.
Alejándonos de la denominación idiomática, es inherente a nuestro programa de estudios el proceso de comprensión comunicativa, es decir, el hecho explicativo de las variedades lingüísticas del mundo. Al respecto, Antonio Briz, catedrático de la Universidad de Valencia, nos ofrece un interesante artículo, que titula Lo coloquial y lo formal, el eje de la variedad lingüística, en el cual discurre acerca del tema de las variedades lingüísticas.
Reseña sobre lo coloquial y lo formal, el eje de la variedad lingüística.
A
través de la lectura del artículo, nos adentramos en las definiciones de lo que
es coloquial y formal, como ejes de la variedad lingüística para analizar cada
tipo de variedad, considerando que ésta puede entenderse como un hecho aislado.
En
el primer apartado, que constituyen los primeros párrafos, el autor hace una clasificación de las mismas: “los
registros resultan de la variedad situacional o diafásica; los sociolectos, de
la variedad diastrática; los dialectos, de la diatópica; y los géneros,
presentados a menudo aparte de la variación anterior, derivan de las posibles
realizaciones discursivas”. Sin embargo,
esta clasificación fija el hecho lingüístico de las variaciones como un proceso
estático. Lógicamente, esto no es
cierto, el proceso comunicativo es un hecho global, dinámico, como bien lo
sustenta el autor a punto seguido: “la variación es un hecho global, gradual
(escalar) y jerárquico que ha de entenderse de modo dinámico”.
El
autor desglosa y explica cada característica.
En el aspecto de lo jerárquico enfatiza la situación y los registros
como determinantes del grado de variedad sociolectal y dialectal. Global, pues se considera que los cambios
situacionales afectarán de manera conjunta las variables y variedades citadas
en una conversación, por ejemplo.
Gradual, porque dependiendo del carácter comunicativo, la relación será
más formal o más coloquial, reflejado por las características de los usuarios
en el proceso de comunicación. El habla
coloquial dará paso a las características dialectales y las sociolectales de
edad, sexo y las del medio oral y las de género, en nivel conversacional. En el aspecto contrario, es decir el formal,
el autor apunta una neutralización de estas características. Este análisis alude, precisamente, al hecho dinámico del fenómeno
de las variedades lingüísticas.
Para
el autor la formalidad está marcada por los siguientes rasgos: “Relación
social o funcional entre los interlocutores, relación vivencial de proximidad
entre éstos, marco interaccional familiar, cotidianidad temática de la
interacción, planificación sobre la marcha, fin interpersonal, tono informal”.
Definitivamente, la reducción de la formalidad depende de la menor presencia de
estos rasgos y situaría el discurso en la periferia de lo formal.
Se
puede afirmar que lo coloquial y lo formal está determinado por la correlación
de los elementos o rasgos que caracterizan a cada situación comunicativa. A mayor relación situacional o contextual,
familiar por ejemplo, es posible explicar un léxico menos preciso, lo que
generaría una variedad coloquial.
Contrario a esto lo formal está sometido a una planificación
preestablecida que, sin embargo, manifiesta rasgos de lo coloquial en la medida
de la contextualización del discurso. Al
respecto, Briz (1998) considera que “todas estas constantes y frecuencias
lingüísticas caracterizan de modo más particular lo coloquial y, en su caso, lo
formal, de modo que colaboran en la determinación y mayor concreción de esas
escalas y grados de coloquialidad y de formalidad”.
Es
importante resaltar que la variación de géneros no está determinada por un
patrón estático, lo que realmente determina el movimiento real en la escala de
géneros es, según las palabras del autor, la «constelación comunicativa
coloquial o formal». Esta dicotomía inseparable en el hecho lingüístico está
conectada como piezas, y dependiendo de su elaboración, marcan la diferencia
entre géneros discursivos. Es un eje que mueve todo el engranaje.
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El
análisis acerca de las variedades lingüísticas de Briz constituye un aspecto
fundamental para entender el discurso desde otro punto de vista. El hecho de
considerar lo coloquial y lo formal como ejes de la variedad lingüística aporta
una visión creíble del discurso en sus manifestaciones a través de los
diferentes géneros. Es una puerta para
entrar al estudio de la lengua como elemento integrador de las sociedades
humanas en diferentes contextos situacionales.
El
pensamiento de Briz, vertido en su artículo impulsa a investigar el corpus del
habla de los panameños. Así, pudiéramos
identificar nuestras variedades lingüísticas preponderantes e identificar los
elementos de la oralidad o del discurso en el artilugio que concibe el autor en
su pensamiento como estudioso de la lengua.
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sábado, 23 de mayo de 2015
Lo coloquial y lo formal, el eje de la variedad lingüística.
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